Friday, December 10, 2010

ARCELIA Y DORITA


 

Hoy es el 9 de julio de 2010 a las ocho de la mañana. Arcelia y Dorita, dos amigas de infancia se encuentran por casualidad en el mercado La Boquería en el distrito La Rambla de Barcelona después de no haber se visto durante más de veinte años desde el fin del colegio. Arcelia siente que alguien le golpea ligeramente el hombro. Se da la vuelta rápidamente.                                                                                       
Arcelia: ¡No puede ser! ¿Do…Do…Dorita, si tú eres Dorita, verdad?
Dorita abrazándola: ¿Sí de verdad, que sorpresa de verte aquí!
Arcelia: El asombro es mío también. ¡Hace tantos años que no nos hemos visto! La última vez que nos vimos fue en 1988 cuando nos graduamos del colegio. Me acuerdo que debías estudiar para asistente social, pero es todo lo que sé de tu vida.  Pero no has cambiado mucho, eres tan linda como siempre.
Dorita: Gracias por el cumplido. ¿Tienes tiempo par tomar algo en el café a la vuelta de la esquina?
Arcelia: No realmente, voy a explicarte…, pero tomaré un momentito para ponerme al día contigo, pero antes, si estás de acuerdo, quisiera hacer mis compras en el mercado antes de que venga mucha gente. No me gusta la muchedumbre.  
Dorita: No hay problemas. ¿Cuánto tiempo necesitas?
Arcelia: Cuarenta y cinco minutos. Entonces nos vemos en El Café de Paco a las nueve. ¡Hasta luego!
Una hora más tarde….
Arcelia se sienta: ¿Has esperado un largo tiempo?
Dorita: No, acabo de llegar. ¿Qué quieres beber? Te invito.
Arcelia: Una copa de café negro sin azúcar. Gracias.
 Dorita: ¿Dime, qué estás haciendo aquí tan temprano?
Arcelia. Esta noche recibo a toda mi familia veinte personas con mis sobrinos  – para celebrar mi cuadragésimo cumpleaños. Voy a cocinar una paella y una tarta de manzana. Quería comprar todos mis productos frescos. Tienen tan buena selección de verduras, frutas y mariscos aquí. Encontré muy buenos mejillones, langostinos, cangrejos, chirlas, filetes de pescado blanco, guisantes, pimientos rojos y manzanas.
Dorita: ¿Pero tu cumpleaños ya fue, no es en octubre?
Arcelia: Sí, tienes razón, pero no vivo en Barcelona más. Trabajo en Nueva York en la universidad como profesora de idiomas. Regreso a España solamente una vez cada año y normalmente quedo con mi hermana porque mis padres ya murieron y no tengo familia. Nunca me casé.
Dorita: Lo siento para tus padres. No sabía que habían fallecido. ¡Qué interesante parece tu trabajo!
Arcelia: ¡Y tú, cuéntame tu vida!
Dorita: En pocas palabras, estudié en Madrid para asistente social. Aquí conocí a mi marido y nos casamos en 1992. El encontró un buen trabajo como dentista en Barcelona donde nos instalamos y tuvimos dos hijos, Juan y Amelia. Sólo trabajé antes de que mis hijos nacieran. No vivimos lejos de mis padres lo que aprecio muchísimo.  
Arcelia sonriendo: ¡Que bonito verte Dorita¡ Me gustaría absolutamente guardar el contacto contigo y verte otra vez antes de regresar a Nueva York. Estoy aquí durante tres semanas, pero ahora, tengo realmente que irme para preparar la comida.  
Dorita: Entiendo perfectamente. ¡No te preocupes! Aquí está mi número de teléfono. Llámame cuando tengas tiempo. Puedes venir a mi casa.
Arcelia: Lo haré. Prometido. Ahora me voy. Adiós, hasta luego.
Está perfecto que mi hermana no sea aquí, necesito mucho tiempo para preparar la cena y meter la mesa. Disfruto adornando la mesa con buena coordinación de colores para hacerla más tentadora.  Ya estoy lista  para  cocinar la paella, pero estoy muy nerviosa,  las compras no son mías sino las de Dorita.  Qué barbaridad, en  mi precipitación, agarré  la bolsa de la compra de Dorita en el café. La llamo al número que me había dado, pero nadie contesta. En la bolsa hay verduras y frutas, también carne picada. Debo cambiar mi plan, si no mis invitados no tendrán comida, que suerte en las alacenas de mi hermana, hay lasaña y voy a  preparar eso con los ingredientes frescos de mi amiga. Pensé tranquilizada: “Le explicaré lo que pasó y entenderá”.  Ya son las seis.
 ¿Quién puede ser que suena a la puerta a esta hora? pensé preocupada. La idea que algo le había sucedido a mi hermana cruzó mi  mente.  Abrí la puerta y mi emoción fue grande cuando vi a Dorita.
Arcelia sorprendida: ¿Cómo, qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?
Dorita: Encontré el nombre de tu hermano en la guía telefónica y me dio la dirección de tu hermana. Te traigo tu paella. La preparé para ti y tu familia. ¡Buen provecho y feliz cumpleaños tardío!
Arcelia suplicándola: Dorita, dame el favor de cenar con nosotros. Puedes también comer mi plato que preparé con tus ingredientes.
Las dos amigas se echaron a reír y llorar al mismo tiempo.  

No comments:

Post a Comment